lunedì 15 giugno 2015

Amar duele

Amar duele...
Cuando no es correspondido.
Cuando lo es y tenemos miedo al sentirlo dentro del pecho, porque nuestro corazón se está abriendo por primera vez para darse por completo.
Cuando ese amor lo perdemos porque no lo supimos cuidar o porque el destino se lo quiso llevar.
Amar duele...
porque ante él dejamos caer nuestro escudo y bajamos nuestras armas para rendirnos a lo inesperado;
porque a veces deja cicatrices profundas invisibles al ojo humano;
porque te transforma pero también te completa.
Amar duele pero vale la pena.

domenica 14 giugno 2015

Detrás de tu sombra

Detrás de tu sombra se esconde un ser desconocido
que te acompaña desde tu primer llanto,
y estará siempre contigo
para que a tu Alma no le hagan daño.
 
Testigo silencioso, omnipresente
de tus aciertos y fracasos,
su misión es custodiar la luz eterna,
esencia de tu ser,
sin ella te pierdes y no puedes renacer.

Detrás de tu sombra lo vas a encontrar
no dudes en invocarlo, él siempre te va a cuidar.
Puedes imaginarlo como un ángel o un guardián
no existen palabras terrenas para poderlo imaginar. 
  
Ahora lo sabes...
cuando llegue tu último respiro
no estarás solo.


lunedì 8 giugno 2015

La Luz

La infancia es el terreno fértil
 para una vida feliz.
 
 
El perfume de tilo invadía todo el ambiente, se mezclaba con el aroma de las rosas del jardín. Ese era un pequeño paraíso para Sofía y Blanca, la casa de su abuela materna era un lugar lleno de luz. Pasaban todos los veranos junto a ella para hacerle compañía, hacía muchos años había quedado viuda y no le gustaba la ciudad, así que había preferido quedarse en esa casa,  en Villa Elisa a unos cuarenta y cinco kilómetros de Capital, lejos del caos. Allí había vivido toda la vida, incluso en ese lugar había nacido. Se rehusaba a dejar esa casa llena de recuerdos, cada rincón tenía una historia que formaba parte de su ser. Sus padres la habían construido con muchos sacrificios y enseguida la habían llenado de mucho amor. Rosa había tenido una infancia feliz y quería que sus nietas también la tuviesen. Ahora ellas eran su razón de ser, alimento para el alma. Gracias a Sofía y Blanca, cuando llegaba el verano, volvía a renacer porque el amor puro de los niños llena el corazón de los grandes y lo  desborda de alegría.
La abuela Rosa era una mujer afectuosa que siempre tenía una sonrisa en la boca, cuando abrazaba a sus nietas les daba la fuerza de su amor. Las tardes pasaban rápido junto a ella: entre juegos, charlas, pastelitos y mate cocido Blanca y Sofía se divertían muchísimo. Un viejo tocadiscos les hacía compañía todas las noches antes de ir a dormir. Con la ayuda de éste las dos hermanas preparaban espectáculos y Rosa las observaba siempre con entusiasmo. Esos fueron los mejores años de la vida de estas niñas porque su abuela les enseñaba a apreciar las pequeñas cosas cotidianas,  compartir la dicha propia con los demás y tratar de ser optimistas pase lo que pase, en fin, les mostraba cual era el secreto para ser felices.
Adoraban escuchar las historias que les contaba su abuela, no importaba si a veces las repetía, lo importante era la pasión con las que las transmitía. Cada vez que comenzaba un relato, los ojos se le iluminaban y cada palabra las trasportaba a un mundo paralelo que las envolvía y las desprendía del presente. 
Un día mientras descansaban en el jardín, bajo la sombra de los tilos, les narró una historia distinta a las demás. Les dijo que más allá del universo conocido, del espacio y el tiempo, existía una Luz diferente a la terrena. Ésta se acerca a nuestro mundo sólo cuando el alma de una persona tiene que abandonar su cuerpo. La Luz la viene a buscar para que la energía de la persona no se pierda, entonces, el alma que está hecha también de la misma materia se une a ella y juntas comienzan el viaje de regreso. Blanca y Sofía escucharon con atención la historia y probaron a imaginar lo que su abuela les estaba contando,  era hermoso saber que la vida no terminaba con el último respiro de una persona y que la muerte era solamente otra manera de nacer.
Pasaron muchos años después de esa tarde, ahora  Rosa era muy anciana, y las dos hermanas sabían que en cualquier momento dejaría este mundo. Una noche, mientras dormían, sintieron al mismo tiempo, y sin saberlo, un perfume fuerte de tilo y rosas. En ese mismo instante su abuela se estaba yendo, había llegado su hora: la Luz la había venido a buscar.
 
 
Lourdes kossak.
 


giovedì 4 giugno 2015

A mi abuelo José... el Paisano.

Manos grandes que trabajaron siempre
tocabas muy bien la guitarra
y alegrabas a la gente.
Tuviste una infancia muy dura,
perdiste a tu madre aún siendo una criatura.
Creciste y La Pampa te fue forjando,
con tu facón afrontabas los peligros
que la vida te iba deparando.
Todos te recordamos con afecto,
nunca negabas  una mano,
la gente de campo es distinta, decías siempre,
y vos eras un verdadero paisano.
 
Esperanos tocando la guitarra,
gran fiesta vamos a armar
cuando volvamos a estar todos juntos
nunca más  nos van a separar.
 
Lourdes Kossak.
 

domenica 31 maggio 2015

A mi mamá

Alma de guerrera en un cuerpo de madre.
Manos que calientan el alma cuando más lo necesitas.
Ojos que han llorado de tristeza y alegría.
Tu lucha es un ejemplo...
A pesar de tu fuerza, necesitas ayuda
para curar tus heridas.
No te sientas sola...
acuérdate que la vida te ha donado un regalo precioso:
la luz de tu fruto que te acompañará para siempre.
 
Lourdes Kossak.
 

sabato 30 maggio 2015

Ojos de amor que miran y acarician,
tienen la fuerza de un abrazo
y el calor de un primer beso.
Ojos que me hallaron
donde menos los esperaba,
para decirme que no estaba sola.
Ojos que me acompañan dándome
la mano, haciéndome saber que
el amor verdadero existe,
 solo hay que encontrarlo.
 

Lourdes Kossak

A mi papá

Me duele pensarte en pasado
porque mi presente aún te necesita.
Saber que ya te has ido, y no poder cambiarlo,
deja un vacío en mí que hace mucho daño.
Es difícil no pensarte en presente,
todavía siento el calor de tu mano sobre la mía.
Me consuela saber que el amor que fue no se ha ido contigo
porque sigue haciéndome compañía.
Ha quedado intacto como lo hacen en las rosas las espinas.
De ahora en adelante, cuando te necesite, miraré al cielo 
y recordaré que con tus silencios me protegías.
 
Lourdes Kossak

giovedì 28 maggio 2015

Una flor amarilla... a Grace donde quiera que esté.

Con tus ojos me contagiabas de alegría,
con tu sonrisa iluminabas mis días,
con tu llanto mi alma se entristecía...
merecías mucho más de la vida.
 
Soñabas volar, libre y formar tu nido.
Deseabas encontrar el amor
que cambiara tu destino.
 
Te fuiste un día inesperado,
hoy te recuerda mi corazón desesperado.
 
Una parte de mí se fue contigo,
pero la muerte no importa,
tú sigues conmigo.
 
Cuando veo una flor amarilla
tu recuerdo intacto vuelve a mí
y el perfume de tu presencia me acompaña
desde el día que te perdí.
 
Te imagino corriendo y sonrío,
pero te extraño y siento frío.
 
Nunca me dejes sola, te necesito.
Extraño tu sonrisa, tus carcajadas,
tu amor puro, tu mirada.
 
Ahora puedo verte en sueños
o si te busco en mis recuerdos.
 
Cada vez que puedo te abrazo con el pensamiento
y de alguna manera trato de parar el tiempo.
 
Espero que desde donde estés
te llegue todo el amor que llevo dentro.
Te pido perdón si no te lo demostré a tiempo.
 
¿Habrás sabido lo mucho que te quería,
lo importante que eras en mi vida?
 
 
Lourdes Kossak
Un árbol eres, te deshojas muy lentamente
luego te pierdes...
Te pierdes en la tierra que te acoge y te transforma.
El agua te nutre como una madre lo hace con su niño
recién nacido.
Sin quererlo vuelves a renacer,
 primavera tras primavera,
hasta que un día, sin saber también porqué mueres.
 
Lourdes Kossak

mercoledì 27 maggio 2015

Su nombre era Mía, tenía los ojos grandes y profundos. Su mirada era dulce y melancólica. Con sólo diez años sentía en su corazón un gran vacío. Había perdido a su padre hombre sincero y sin maldad,  demasiado bueno para este mundo. Se había ido hacía pocos meses por culpa de un accidente de tránsito, y su ausencia le dolía.
Desde entonces vivía en una casa grande en las afueras de Buenos Aires, junto a su madre y su abuela materna. Todas las tardes, cuando Mía volvía de la escuela, escuchaba las historias que su abuela le contaba sobre su juventud, relatos llenos de mágia y tanta nostalgia. Su madre trabajaba muchísimo para poder vivir dignamente, para que no le faltara nada a su hija del alma.
Una noche, mientras trataba de recordar la voz de su padre, sintió que en su habitación no estaba sola. No había escuchado ningún ruido extraño pero en el aire se percibía algo difícil de explicar. Lógicamente, pensó que no podía ser y cerró fuerte los ojos para dormirse lo más rápido posible. Cuando lo logró tuvo un sueño, en él su padre le decía que la quería y que no tenía que estar triste. El destino se lo había llevado pero él estaba en paz, porque en vida había sido feliz. Ahora también lo era porque podía seguir amando a su familia y además sabía que tarde o temprano volverían a estar todos juntos. Su padre había renacido, se había convertido en luz, en energía pura, y el amor de su hija le daba fuerzas.
Sólo le preocupaba una cosa: Mía sufría mucho y se sentía sola a pesar del amor que recibía de su madre y su abuela.
Su hija también tenía que renacer para poder seguir adelante: "sólo el amor nos salva", le dijo. "El amor que probamos cuando estamos vivos se va con nosotros cuando abandonamos nuestro cuerpo. Por eso es importante ser felices y sacar el dolor de nuestro corazón, porque cada momento de felicidad acumulado nos va a ayudar, tarde o temprano, a renacer..."
 
Lourdes Kossak
Renace alma Mía, la luz te espera.
Renace, ahora es el momento no tengas miedo,
no estás sola.
Renace, haz escuchar tu voz al mundo.
Deja que tu corazón se llene de amor
 para que los demás puedan nutrirse de él.
Renace porque necesitas seguir adelante.
Renace porque la vida es un regalo,
 no te detengas... estaré siempre a tu lado.
 
Lourdes Kossak