domenica 31 maggio 2015

A mi mamá

Alma de guerrera en un cuerpo de madre.
Manos que calientan el alma cuando más lo necesitas.
Ojos que han llorado de tristeza y alegría.
Tu lucha es un ejemplo...
A pesar de tu fuerza, necesitas ayuda
para curar tus heridas.
No te sientas sola...
acuérdate que la vida te ha donado un regalo precioso:
la luz de tu fruto que te acompañará para siempre.
 
Lourdes Kossak.
 

sabato 30 maggio 2015

Ojos de amor que miran y acarician,
tienen la fuerza de un abrazo
y el calor de un primer beso.
Ojos que me hallaron
donde menos los esperaba,
para decirme que no estaba sola.
Ojos que me acompañan dándome
la mano, haciéndome saber que
el amor verdadero existe,
 solo hay que encontrarlo.
 

Lourdes Kossak

A mi papá

Me duele pensarte en pasado
porque mi presente aún te necesita.
Saber que ya te has ido, y no poder cambiarlo,
deja un vacío en mí que hace mucho daño.
Es difícil no pensarte en presente,
todavía siento el calor de tu mano sobre la mía.
Me consuela saber que el amor que fue no se ha ido contigo
porque sigue haciéndome compañía.
Ha quedado intacto como lo hacen en las rosas las espinas.
De ahora en adelante, cuando te necesite, miraré al cielo 
y recordaré que con tus silencios me protegías.
 
Lourdes Kossak

giovedì 28 maggio 2015

Una flor amarilla... a Grace donde quiera que esté.

Con tus ojos me contagiabas de alegría,
con tu sonrisa iluminabas mis días,
con tu llanto mi alma se entristecía...
merecías mucho más de la vida.
 
Soñabas volar, libre y formar tu nido.
Deseabas encontrar el amor
que cambiara tu destino.
 
Te fuiste un día inesperado,
hoy te recuerda mi corazón desesperado.
 
Una parte de mí se fue contigo,
pero la muerte no importa,
tú sigues conmigo.
 
Cuando veo una flor amarilla
tu recuerdo intacto vuelve a mí
y el perfume de tu presencia me acompaña
desde el día que te perdí.
 
Te imagino corriendo y sonrío,
pero te extraño y siento frío.
 
Nunca me dejes sola, te necesito.
Extraño tu sonrisa, tus carcajadas,
tu amor puro, tu mirada.
 
Ahora puedo verte en sueños
o si te busco en mis recuerdos.
 
Cada vez que puedo te abrazo con el pensamiento
y de alguna manera trato de parar el tiempo.
 
Espero que desde donde estés
te llegue todo el amor que llevo dentro.
Te pido perdón si no te lo demostré a tiempo.
 
¿Habrás sabido lo mucho que te quería,
lo importante que eras en mi vida?
 
 
Lourdes Kossak
Un árbol eres, te deshojas muy lentamente
luego te pierdes...
Te pierdes en la tierra que te acoge y te transforma.
El agua te nutre como una madre lo hace con su niño
recién nacido.
Sin quererlo vuelves a renacer,
 primavera tras primavera,
hasta que un día, sin saber también porqué mueres.
 
Lourdes Kossak

mercoledì 27 maggio 2015

Su nombre era Mía, tenía los ojos grandes y profundos. Su mirada era dulce y melancólica. Con sólo diez años sentía en su corazón un gran vacío. Había perdido a su padre hombre sincero y sin maldad,  demasiado bueno para este mundo. Se había ido hacía pocos meses por culpa de un accidente de tránsito, y su ausencia le dolía.
Desde entonces vivía en una casa grande en las afueras de Buenos Aires, junto a su madre y su abuela materna. Todas las tardes, cuando Mía volvía de la escuela, escuchaba las historias que su abuela le contaba sobre su juventud, relatos llenos de mágia y tanta nostalgia. Su madre trabajaba muchísimo para poder vivir dignamente, para que no le faltara nada a su hija del alma.
Una noche, mientras trataba de recordar la voz de su padre, sintió que en su habitación no estaba sola. No había escuchado ningún ruido extraño pero en el aire se percibía algo difícil de explicar. Lógicamente, pensó que no podía ser y cerró fuerte los ojos para dormirse lo más rápido posible. Cuando lo logró tuvo un sueño, en él su padre le decía que la quería y que no tenía que estar triste. El destino se lo había llevado pero él estaba en paz, porque en vida había sido feliz. Ahora también lo era porque podía seguir amando a su familia y además sabía que tarde o temprano volverían a estar todos juntos. Su padre había renacido, se había convertido en luz, en energía pura, y el amor de su hija le daba fuerzas.
Sólo le preocupaba una cosa: Mía sufría mucho y se sentía sola a pesar del amor que recibía de su madre y su abuela.
Su hija también tenía que renacer para poder seguir adelante: "sólo el amor nos salva", le dijo. "El amor que probamos cuando estamos vivos se va con nosotros cuando abandonamos nuestro cuerpo. Por eso es importante ser felices y sacar el dolor de nuestro corazón, porque cada momento de felicidad acumulado nos va a ayudar, tarde o temprano, a renacer..."
 
Lourdes Kossak
Renace alma Mía, la luz te espera.
Renace, ahora es el momento no tengas miedo,
no estás sola.
Renace, haz escuchar tu voz al mundo.
Deja que tu corazón se llene de amor
 para que los demás puedan nutrirse de él.
Renace porque necesitas seguir adelante.
Renace porque la vida es un regalo,
 no te detengas... estaré siempre a tu lado.
 
Lourdes Kossak